Ayer (lunes 23 de septiembre de 2019) murió el ensayista, crítico y poeta inglés Al Alvarez (1929-2019). De él solo he leído los ensayos El dios salvaje (Hueders) y La noche (Fiordo). En el primero escribe sobre el suicidio y la depresión; en el segundo, sobre la vida nocturna y los sueños. Hubiese querido entrevistarlo, pero demoré mucho. Esto o algo de esto le hubiese preguntado.
1. Leí en algún lado que el suicida no quiere acabar con su vida, sino con su sufrimiento. ¿El suicida quiere vivir sin dolor? Si la respuesta es sí, si el suicida quiere vivir, y después de la muerte no hay nada, ¿entonces el suicidio es ilógico? Usted es un suicida fallido; después de un intento de suicidio, ¿la vida le parece distinta? Y si, como dice usted, el suicidio es una confesión de fracaso, ¿un suicidio fracasado es entonces un triunfo?
2. Quizás estas preguntas se vinculan, contradictoriamente, con las anteriores. Usted escribe, o escribió, que “el suicidio es un mundo cerrado de una lógica propia e irresistible”, que es “demasiado total”. ¿El suicidio es consistente y completo, como quisieran ser los sistemas axiomáticos?, ¿es híper lógico, híper racional? Es, en ese sentido, ¿una locura?
3. ¿El suicidio es la prueba definitiva contra la existencia de Dios? ¿Allí dónde alguien intenta suicidarse, allí debería revelarse Dios? ¿Si no se revela es porque no existe?
4. ¿Todavía lo asusta la oscuridad? ¿Por qué la noche nos recuerda nuestra fragilidad?… Ahora que recuerdo, dice usted que su temor a la oscuridad desapareció, “y a veces hoy siento esa desaparición como una pérdida”. ¿Por qué la siente así y en qué oportunidades le ocurre o más bien le ocurría que sintiera esa desaparición como una pérdida? ¿Cómo recuerda el miedo a la oscuridad?, ¿qué sentía? ¿Cuáles son los placeres del sueño? ¿Usted sueña mucho (o recuerda mucho sus sueños)?
5. Perdone la grandilocuencia. De Platón en adelante, ¿occidente es una cultura entregada a la luz, negadora de las sombras y la oscuridad? ¿Qué ha implicado la apuesta de occidente por la luz? ¿El conocimiento es una lucha contra el miedo a la oscuridad? ¿La civilización es el avance contra la oscuridad? (¿O con la oscuridad?)
6. Si Dios es luz, ¿no existía antes de que Él mismo dijera “hay luz”? Y si es luz, ¿cómo es que Satanás es el lucero, Lucifer? ¿Será que Dios es el Diablo? ¿La Edad Media fue una edad oscura? Y en caso de haberlo sido, ¿no es una paradoja que la edad de Dios haya sido la de la oscuridad, la de las tinieblas? ¿O será que en realidad la época de Dios es la de las Luces?
7. Usted juzga que dar nombre a los demonios y aportar detalles físicos sobre ellos “son maneras de satanizar el miedo inefable, de contener lo incontenible”. ¿Será que el miedo es miedo a nosotros mismos, al animal que somos, a lo irracional o el sinsentido que nos sostiene y motiva?, ¿tememos a la falta de control? Y a propósito, ¿no será Dios la conceptualización de esa bestia que, dice usted, siempre nos acecha y vigila? ¿La bestia es uno, soy yo, es usted? ¿El infierno no son los otros?
8. Según recuerdo, usted afirma o afirmó que la poesía es una forma involuntaria de soñar, y sin embargo, aclara, no todo sueño es poesía. ¿Por qué no lo es? ¿Qué necesitan los sueños para ser poesía? ¿La literatura usted la vincula más al día o a la noche?, ¿y la lectura?, ¿y la escritura? ¿Por qué suponemos que los sueños tienen significado?, ¿por qué en toda marca vemos un signo? (¿Tiene sentido escribir los sueños? ¿Tiene sentido no escribirlos?). ¿El surrealismo es realista?, ¿literalista?; ¿y el realismo mágico? Cosas, no pensamientos, ¿define la expresión de William Carlos Williams lo que son los sueños?
9. Le repito dos preguntas que hizo Kierkegaard y que usted cita: ¿cómo he entrado en esto y cómo vuelvo a salir?, ¿cómo termina? Y, ya muerto, ¿qué piensa del suicidio y la oscuridad? Y, por último, ¿quién fue usted?, ¿quién es? O si prefiere: ¿qué significa?
El dios salvaje. Ensayo sobre el suicidio
Al Alvarez. Hueders.
La noche. Una exploración de la vida nocturna, el lenguaje de la noche, el sueño y los sueños
Al Alvarez. Fiordo.
Imagen: Al Alvarez en 1972, Gregory Noakes