La adultez o comer pescado. Victoria Donoso

Cuando hacemos una breve búsqueda en Google sobre comida y cine, lo primero que nos salta en los resultados son, en mayor parte, referencias a películas animadas. Es cierto que para los niños el acto de comer es uno de los que articulan, a nivel de sucesos, su vida. En este sentido para ellos el ritual está relacionado con el hecho de nutrir su vida de una rutina que ordenará el curso de sus días en la vida que les queda por delante.

Sería extraño ver una serie animada donde la narración no se base en el carro de helados que pasará dentro del día. Aún cuando aquí ni siquiera existan.

En Mad Men, por ejemplo, es reconocible una sensación bastante común de inquietud producida por la cantidad de pequeños guiños que hay en la serie, nadando por debajo de la trama principal sin que uno alcance a verlas. Pero hay una increíble y bella en la que quiero detenerme.

La pequeña Sally, hija de un publicista que encarna todos los pecados del capitalismo, llega a la casa de su padre después de un accidente donde es recibida como la “heroína”. En señal de agradecimiento, la señora de su padre le ofrece tallarines, porque “Sally no come pescado”.

Corte. Sally aparece en una ceremonia donde premian a su padre. No es tomada mucho en cuenta. El mesero le trae un pescado entero (ojos, aletas, escamas). Ella lo levanta, lo prueba y asiente. Nuevo corte. Sally se pasea por la fiesta, entra en una pieza y ve una felación. Sale espantada y se sienta en silencio, donde se reúnen todos los personajes del capítulo. Todos adultos.

Desde ese capítulo, Sally será puesta en escena siempre como un adulto, y el tránsito estuvo dado por aprender a comer, no por el clásico episodio del inicio de la menstruación. El acierto de Matthew Weiner es completo. Incursionar en algo que produce asco de la manera más brutal (con escamas, aletas, ojo, cabeza), es enfrentarse a un hecho que repulsa desde el interior. El cuerpo ejerce una acción, la arcada. Frente a eso, racionalmente decidir suprimir y someterse al dolor -que finalmente puede no ser el pensado al inicio- es lo que hace a la niña pasar a la adultez. Después de aprender a comer, Sally puede enfrentarse a todo. Como un huracán.

+ Victoria Donoso (1992), es Licenciada en Letras de la Universidad Diego Portales. Actualmente trabaja en el Departamento de Extensión Cultural de la Biblioteca Nacional de Chile.