Descubrir un mundo: sobre Biblioteca bizarra de Eduardo Halfon. Juan Rodríguez

1. Puede ocurrir que, mirando un mapa del mundo, alguien descubra América, y se maraville. Después esa persona se dará cuenta de que América fue descubierta hace tiempo, que todos conocen ese continente y, sin embargo, la maravilla no menguará. Al contrario, el descubridor estará agradecido, emocionado y querrá conocer más del nuevo mundo.

2. Puede ocurrir, que llegue a las manos de alguien Biblioteca bizarra, del escritor guatemalteco Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971), y esa persona sepa que descubrió un mundo maravilloso. Claro, luego leerá la contraportada de este volumen de crónicas o ensayos o memorias (valga la redundancia), y sabrá que Halfon es un reconocido autor, con catorce libros de ficción a su haber —entre ellos El boxeador polaco y Saturno—, que ha sido traducido a más de diez idiomas, que en su momento fue elegido entre los mejores jóvenes escritores del Hay Festival de Bogotá, que ganó una beca Guggenhaim, que obtuvo en Francia el premio Roger Callois de Literatura Latinoamericana, y que este año fuere galardonado en Guatemala con el Premio Nacional de Literatura.

3. ¿Qué hay en Biblioteca Bizarra, esa ventana al mundo de Halfon abierta en Chile por la editorial Saposcat? Hay una declaración de fe a los libros y las palabras, a bibliotecas de libros piratas y hasta de libros que solo existen en otros libros. Hay un hijo, que crece en el vientre de su madre, acompañado, quizás nutrido, por las palabras de William Carlos Williams. Hay devaneos sobre la traducción. Hay la violencia que enajena a Guatemala, esa violencia que mata, y que acalla a los que siguen vivos. Todo eso ya es un mundo, o más de un mundo, y eso que lo enumerado es sólo un resumen.

4. Es tempestiva la presencia de William Carlos Williams en el libro. Porque las puntuales palabras que hilvana Halfon en estos textos recuerdan al poeta de las cosas y no pensamientos. Con sus palabras, Halfon dice la realidad, la recupera del lugar común, tal como esos drogadictos en rehabilitación que, según narra en uno de los textos, lo rescataron de las preguntas y respuestas rutinarias en las que vive un escritor mientras promociona su obra.

5. Esos hombres que se rehabilitan le preguntan, por ejemplo: “¿Qué cosa podría decirme usted hoy, como escritor, para ayudarme?”. “¿Escribir, para usted, es como rezar?” “¿Cree usted que se puede escribir honestamente de la muerte de un hombre si nunca se ha visto a un hombre morir?”. Halfon no tiene respuestas… ¿cómo podría haberlas en un mundo nuevo, maravilloso, de cosas y no de pensamientos?

+Juan Rodríguez M. (Santiago de Chile, 1983) estudió filosofía y trabaja como periodista en el suplemento Artes y Letras del diario El Mercurio.
+Portada: dibujo de Jesús González Jansana

*Foto del autor: The Short Story Project