Odio a los viejos poetas. Gregory Corso

Traducción de Nicolás López-Pérez

Tengo 25 años

Con un amor, con una locura por Shelley
Chatterton Rimbaud
y el grito necesitado de mi juventud
que ha pasado de oído en oído:
¡ODIO A LOS VIEJOS POETAS!
Especialmente a los poetas que se retractan
que consultan a otros viejos poetas
y que hablan en susurros de su juventud
diciendo: en aquel entonces hice tal cosa
pero fue en ese momento
en aquella época.
Oh cómo me gustaría callar a esos viejos
diciéndoles: “soy su amigo,
y lo que alguna vez fueron a través de mí
lo serán de nuevo”.
Después, a la noche, en la confianza de sus hogares
arrancaría sus lenguas arrepentidas
y robaría sus poemas.

 

Lugar de nacimiento reconsiderado

Me paro bajo una luz tenue en la calle lúgubre
y miro hacia mi ventana, yo nací allí.
Las luces están encendidas, otras personas merodean.
Llevo puesto un impermeable, cigarro en boca,
sombrero encima de los ojos, manos en revólver.
Cruzo la calle y entro al edificio.
Los tarros de basura no han dejado de apestar.
Subo los primeros escalones, Orejas Sucias
me apunta con un cuchillo.
Le disparo, por todo el tiempo perdido.

 

Anoche manejé un auto

Anoche manejé un auto
sin saber manejar
sin tener un auto
Manejé y atropellé
a gente que quise
… iba a 180 por un pueblo.

Me detuve en Hedgeville
y dormí en el asiento trasero
… entusiasmado por mi nueva vida.

 

Sujeté un manuscrito de Shelley

Mis manos se entumecieron hasta la belleza
¡en tanto alcanzaron la muerte y a ella se aferraron!
Oh, mi toque fue divino
¡sobre la página frágil de los tatuajes!
Rápidamente, mis ojos se movieron rápidamente
¡buscando el olor, el polvo, el amarre,
el cabello seco!
Hubiera tomado la página
¡respirando en el crimen!
No hay evidencia que me haya retorcido en sueños,
aunque, ¿qué triunfo hay en la creencia privada?
A menudo, cuando me encuentro a mí mismo
enredado con manzanas-leopardo y hongos de piel incendiada
en algún libro ancestral increíble,
mi bosque de cipreses sobrepasa la edad límite
y yo, como si inclinara una jarra de leche
me derramo secretamente sobre la página moribunda.

 

Poetas haciendo dedo en la carretera

Por supuesto que traté de decirle,
pero él dio vuelta la cabeza
sin excusa.
Le dije que el cielo persigue
al sol.
Y él sonrió y dijo:
“¿Qué sentido tiene?”
Me sentía como un demonio
otra vez.
Entonces dije: “Pero el océano persigue
al pez”
Esta vez se rió
y dijo: “Supón que la frambuesa
fue empujada hacia el interior de una montaña.”
Después de eso, supe que
la guerra empezó.
Entonces combatimos.
Él dijo: “La carretilla de manzanas como una
escoba voladora
rompe y astilla
viejos suecos holandeses”.
Yo dije: El relámpago golpeará al viejo roble
y liberará humo.
Él dijo: “Calle loca sin nombre”.
Yo dije: “¡Pelado asesino! ¡Pelado asesino! ¡Pelado asesino!”
Él dijo, poniéndose realmente frenético:
¡Estufas! ¡Gas! ¡Sillón!
Yo dije, solo sonriendo,
“sé que dios volvería su cabeza
si me sentara en silencio y pensara”.
¡Acabamos por esfumarnos,
odiando el aire!

 

Humanidad

¡Qué profundidades simples!
¡Qué simplicidades profundas!
Para sentarse entre los árboles
y respirar con ellos
en murmullos, rugidos y la brisa.
¿Y cómo puedo confiar en
los que contaminan el arriba
con cielos
y el abajo con infiernos?
Bueno, humanidad,
soy parte de ti
y así también, mi hijo
pero ninguno de nosotros
creerá
tu gran y triste mentira

 

Tres

1.

El cantante callejero está enfermo
agachado en la puerta, sosteniendo su corazón.
Una canción menos en la noche ruidosa.

2.

Al otro lado de la pared
el viejo jardinero planta sus tijeras.
Un nuevo joven
ha venido a cortar la reja

3.

La Muerte llora porque la Muerte es humana
pasando todo el día en una película cuando un niño muere.

 

+ Gregory Corso (1930-2001) fue un poeta estadounidense, entre sus trabajos más notables se encuentran “Gasoline” y “Bomb” (1958). Formó parte de la primera camada de escritores de la generación beat, donde se le destaca como una de las voces más influyentes y estruendosas.
+ Nicolás López-Pérez (Rancagua, 1990) abogado y escritor, reside en Santiago de Chile. Ha publicado recientemente Geografía de las geografías. Administra la mediateca de poesía universal del ayer, “La comparecencia infinita”.