Ustedes, hermanas de los callejones. Emmy Hennings

Traducción del alemán por Teo Torralbo

ESTROFAS DE ÉTER

Ahora tengo que caer desde la gran esfera.
Así, en París hay una gran fiesta.
La gente se acumula en la Estación del Este
y flamean banderas de seda.
Pero yo no estoy bajo ellas,
yo vuelo en el gran espacio.
Me mezclo con cada sueño
y leo miles de expresiones en sus caras.
Hay un hombre enfermo tirado en su miseria.
Me hipnotiza su mirada postrera.
Anhelamos volver a un día de verano.
Una cruz negra llena el cuarto.

                 (este poema es para Hardy)

 

La lluvia golpea el vidrio de la ventana
una flor roja ilumina.
Una brisa fría sopla contra mi
¿despierto o estoy muerta?

Un mundo se ubica a lo lejos, muy lejos,
un reloj da lentamente las cuatro
y no tengo idea del tiempo
que en tus brazos caigo.

                   (dedicado a Robert Jentzsch)

 

Por la noche de profunda oscuridad,
allá caen imágenes de las paredes,
y alguien se ríe tan fresco y tan amplio,
un hombre con largas manos intenta tomarme.
Y una mujer con pelo verde,
que me mira con tristeza,
dice, que fue madre una vez,
yo no puedo soportar la pena.
(clavo las espinas contra mi corazón
y me quedo tranquilamente en silencio,
y sufrir cada dolor quiero,
porque eso es lo que quieren de mi)

 

A FRÄNZI

Solitaria voy por los callejones
y abajo declina el ocaso.
En voz baja canto sus tonadas.
Ay!, me siento tan desierta.

En la pálida luz roja,
Oh, cómo era dolorosa tu boca,
dulce y descolorido tu rostro,
y tu cantar sonaba tan cordial.

Ojos que conocieron las lágrimas
han experimentado el sufrimiento del amor
que fueron como dos estrellas negras,
bajo los cuales ardió un tenue fuego…

 

UN SUEÑO

Estamos recostados en un profundo lago
y nada sabemos de pena y dolor.
Nos mantenemos abrazados
y nos rodean nenúfares,
nosotros aspiramos y deseamos
y no queremos nada más.
No tenemos ninguna apetencia.
Querido, me falta algo,
un deseo, que todavía tengo:
el anhelo del anhelo.

 

HYPNOSE

Me duele el torso, en cualquier lugar
       en una tierra extraña,
hace mucho tiempo no siento mi cuerpo más,
los pies son tan pesados como el plomo
el pecho está hueco y calcinado.
No me duele nada y aún estoy llena de
dolor,
veo como tus ojos conjuran.
Me caigo dormida, las velas arden,
me iluminan hacia una tierra desconocida.

                      (para Siurlai)

 

A lo mío.

mi abuela se mantuvo en vela toda la noche
-dentro de vidrios verdes brilla una luz-
atenta desde una ventana enrejada,  
la miré a su rostro pálido.

Los muebles en la pieza azul,
nuestros sentimientos se pegan a ellos.
Cuando alguien muere, en ese momento
la hora se queda detenida con un gemido enfermo

 

EN EL HOSPITAL

Todos los otoños pasan delante mío.
enferma en la pieza blanca yazgo,
cuando preferiría bailar
siempre pienso en violines
y centellean miles de luces.

¡Oh, qué bella estoy hoy!
rostros estridentemente maquillados
soplan al pasar bailando velozmente. 

Oh, tantas rosas marchitas
que traje de noche hasta casa,
machucadas de tanto acariciar,
puestas sobre la mesa por la mañana.

Pienso otra vez en las chicas
que como yo hacen el amor
cuando cantábamos canciones del pueblo
entre llantos, entre risas.
Y ahora yazgo completamente tirada
en la silenciosa pieza blanca.

Oh, Ustedes, hermanas de los callejones,
vengan a mí en los sueños nocturnos.

 

DESPUES DEL CABARÉ

Voy en las mañanas a casa temprano.
El reloj marca las cinco, ya comienza a amanecer,
aún así, arde la luz aun en el Hotel.
El cabaré por fin ha cerrado.
En una esquina los niños están en cuclillas
hacia el mercado se dirigen los campesinos,
hacia la iglesia van los silenciosos y rancios.
Desde la torre repican solemnes las campanas
y una puta con rizos salvajes
aún deambula alrededor, trasnochada y fría.

Yo ya he nacido dos veces
y en aquel entonces cantaba por dinero también,
pero el mundo me parecía más soleado.
Y mi alegría la perdí.
En alguna parte a lo lejos pasó el tiempo
en mis brazos lo siento escaparse.
Pienso en mi primer comienzo.
Cuán profundo me confunde la infinitud.

Solitaria y loca por las noches pienso en ti
a veces veo un abrigo parecido al tuyo
y te llamo silenciosamente  por tu nombre.
Mi corazón se para por el luto.
Cansada, me apoyo en el muro y cierro
los ojos.
Lentamente fluyen las lagrimas hacia la tierra.
El mundo queda lejos atrás.
Yo floto a través de nubes blancas a brazos abiertos.
Una lluvia rosa cae sobre mi y enfría mis
ojos enfermos.
Todo es tan blanco y blando.
Ay qué dulce.

(dedicado a Ferdinand Hardekopf)

 

+ Emmy Hennings (1885-1948) fue una poeta, bailarina, cantante, marionetista y agitadora política alemana, fundadora del Cabaret Voltaire, cuna del dadaísmo. Pese a haber sido una pieza fundamental en la formación de las vanguardias europeas de principios de siglo pasado, su figura histórica, al igual que la de la mayoría de las mujeres artistas de occidente, ha sido relegada a la sombra de su marido, el también poeta Hugo Ball.
+ Teo Torralbo (Santiago, 1985). Profesor de castellano como segunda lengua. Poeta. Ha participado publicando poemas en las revistas Territorios y Salvaje.  Actualmente la editorial Los Laberintos (México) trabaja en la publicación de Nec Spe Nec Metu, su primer poemario.