The Righteous Province: El disco que curva la provincia. Matías Tolchinsky

Desde un punto de vista del imaginario, el experimento “The righteous province” recientemente aparecido vía bandcamp viene a proponernos una expansión del horizonte chileno. La verticalidad frontal, que por lo general tiende a caracterizar nuestro paisaje, con su geografía, desde su flora y su fauna hasta nuestra propia idiosincrasia; esta “falla” o premonición chilena, accidentada y abrupta, tiende a apoderarse de la concepción que tenemos de nosotros mismos. 

Pero al lado de la prominencia de los Andes, de las cascadas y las araucarias, hay algo que se intersecta. El desplazamiento de los cóndores y su vuelo pausado (Darwin los describió como ballenas planeando en el cielo), la migración de estas mismas ballenas y la Antártida representan, en su reserva, lo mismo que Chiloé (que es como la sumersión de la cordillera de la Costa, chata de por sí) la otra cara, la faz menos temperamental y brusca de esta tierra.

Estamos ante una nueva forma de primitivismo. Las imprecaciones o venablos de estos indios, a diferencia de los arrojados por parientes australopitecos como Álvaro Peña, no son tan filudos. Un manto de lluvia parece envolverlos, amortiguándolos, tornándolos dulces. Menos ácidos. No es que estos salvajes no estén igualmente cubiertos por un taparrabos, pero la timidez inédita que exhiben los arrastra a otra costa.

The Righteous Province curva la provincia original. Esta es redonda, tiene contornos de nube. No alcanza el mal, aunque lo añora. Más que invocación, es una evocación, de brujos. El mal no se desata, la tripa no acaba de rajarse. Además de esponjar el sonido, el gas se disipa en una niebla que oscurece los sentidos y las mismas coordenadas. Así puede leerse la absorción o intoxicación del inglés, que se hace.

 Por eso, el hecho de que la banda (aunque por su consistencia no me arriesgaría a llamar esto una banda) deje en internet el enlace de una oscura publicación en ese idioma foráneo acerca de la secta chilota, es significativo. No es casualidad. Lo que hace este “frente de mal tiempo”, este doblaje de lo originario es cubrir de misterio la isla: lo confuso, lo remoto y lo insólito se condensan, propiciando la formación de un abono que, bajo una humedad tibia, se compacta y humea como un estiércol o abono.

 “En 1675, causó noticia y alarma en Chiloé (y luego en Lima y la corte española) el relato que hizo el chono Cristóbal Talquipillán, acerca de la existencia de asentamientos ingleses al sur de Chiloé. El virrey del Perú envió una expedición de reconocimiento y preparó una flota de doce navíos para expulsar a los ingleses, pero se trataba solamente de una mentira”

Este empleo de “idioma bárbaro arbitrario” (para re-redirigir las palabras de José Manuel de Moraleda, expedicionario español a quien se atribuye el origen de “La Mayoría” o “Recta Provincia), ya no contra los aborígenes sino hacia la lengua dominante por excelencia, es fruto del delirio. No es una marca de extranjería, si no de alucinación. Nos devuelve un reflejo probablemente más vivo que el de nuestro propio desencanto, llámese historiografía o folclor.

La alucinación tiene distintas consecuencias. Más por los vapores que por la sustancia que los compone, estas pociones tienen como resultado la disolución de las fronteras. El triángulo de las Bermudas se desplaza: las colonias españolas vuelven a estar a merced de los piratas. Se trata de los chonos, desplazados primero por los mapuches y finalmente expulsados de la isla a fines del siglo XVIII (justo antes de la instauración de la Recta Provincia), sacando provecho del caos imperante.

La verdad es esta. Atestiguamos el retorno de los chonos, no de los brujos: The Righteous Province, californianos chilotes, en su variante “pirata”, rinden culto no ya a la machi Chillpila, sino a Bobby Brown, no solo por su sonoridad arcaica (pienso en “my hawaiann home”, por ejemplo) también en calidad de orquesta errante y como vendedores de discos ambulantes. Porque, más allá de los debidos créditos, ¿quiénes son?, ¿quién toca cuáles instrumentos?

En esta “ecuatorialización” del archipiélago, en medio de estas nuevas brizas tropicales, Chiloé se revela como una selva. Una jungla que, ante la deforestación más descarada, hace de los nubarrones las nuevas copas de sus árboles. Y no todo es lamento. En medio de un triste contexto de explotación, surge un panorama ameno. Un paseo en balsa por corrientes menos tormentosas que a las que estamos acostumbrados. En este tratamiento amistoso, asoman las incursiones musicales de Francis Bebey.

De aquí en adelante, el terreno está preparado. Estas costas lo mismo podrían ser el Congo que Malasia. No sería, por cierto, el primer malentendido en la historia de nuestro continente. El milagro es este: que la selva y las costas somalíes se confabulan de pronto en un barco pirata. Es cuando pienso en Donkey Kong. La “sangre ligera” apela a los que todavía causa regocijo saltar de liana en liana. Más que exotismo, es la liberación del juego, su desborde hacia otros confines. Un extravío o internamiento en lo que se había presupuesto fuera solamente superficie. En la medida que se esté dispuesto a dejar los objetivos de lado, el paisaje, que había estado relegado a telón de fondo, se vuelve un campo fértil.

No importa ya el origen de las percusiones, lo que importa es que algo las anima. Los ritmos caen desde todos los flancos, como goterones o barriles disparados, catapultados por obra de no se sabe qué conjuro. Y lo que parecen vientos, de pronto da paso a las murmuraciones de un monito del monte recién transfigurado, preguntando por su descendencia interrumpida.

Este humus de lombrices es toda la magia. De las pócimas, más que fluido mismo (materia en descomposición), importan los efluvios: la invitación a olerla y embarcarse en un viaje ameno por aguas pandas. La ciencia ya demostró en qué medida existe mayor presencia de semillas en la dieta de los gorilas que habitan en tierras bajas. El helado de plátano, más bien, pertenece al dominio de los sueños.

THE RIGHTEOUS PROVINCE fue lanzado en septiembre de 2018. Está integrado por José Badía, Tomás Vicuña, Nicolás Carcavilla. Escucha el disco aquí: https://therighteousprovince.bandcamp.com.

+ Matías Tolchinsky (Santiago, 1990) estudió literatura, especializándose en escritura creativa. La mayor parte de su trabajo aparecerá en un libro hecho a mano en que trabaja hace años.