Presentación de Mundo absurdo, por Marco Gutiérrez
Cuando la Josefina me preguntó si podía presentar Mundo Absurdo 2, Ie dije que sí, que demás, y me puse a pensar al tiro en qué podría decir, pero, como siempre, no tardaron en llegar las complicaciones mentales; me encantan sus chistes, pero tuve la impresión de que al hablar directamente de ellos sería decididamente latero porque, como sabemos, el humor es algo muy delicado que tiende a romperse al manipularlo. Así las cosas, se comprenderá que no hable tanto de sus chistes y más bien me dedique a contarles una especie de volá que se me fue ocurriendo por estos días. Una vez leí por ahí que Karl Marx decía que los juegos de palabras, como los chistes de la Josefina, que son sobre todo eso, juegos de palabras, eran propios del lumpen proletariado intelectual. ¿Qué cresta era eso de lumpen proletariado intelectual? y, por otra parte, ¿en qué sentido los juegos de palabras eran precisamente aquello? La idea era tan rara y la entendía tan poco que no se me olvidó: siempre me han obsesionado Ias cosas raras y misteriosas que no entiendo. Se me ocurrió que podría ser interesante tratar de descubrir qué estaría queriendo decir Karl Marx con esto deI Iumpen proletariado intelectual, hacer como si estuviera aludiendo a los chistes de la Josefina. Creo que si tradujésemos la expresión “lumpen proletariado intelectual” al chileno significaría algo así como “intelectuales flaites”, lo que, dependiendo de cómo se lo mire, puede sonar a un insulto o a un cumplido. Pero seguía sin entender: ¿qué tiene de flaite hacer juegos de palabras? O sea, tratándose de juegos con expresiones fIaites en sí mismas lo entendería, pero no es el caso de la Josefina, por lo menos no tanto. Así que debía ser otra cosa. Con Ia ayuda de internet aprendí que el lumpen era nada más ni nada menos que toda una clase social que incluía a quienes roban en los malles, a Ios que no pagan Ia micro, a Ios que rapean en eIIa, a Ios que rayan Ios baños de Ios bares, a Ios skaters a tiempo completo, a los traficantes de drogas en pequeñas cantidades, a esos jóvenes que ni estudian ni trabajan, es decir, a gente con vidas de Io más interesantes pero que se ha quedado fuera en el casting de Ios convencionalismos sociales (que de todos modos son como una de esas novelas fomes de Ias últimas de TVN en las que nadie querría actuar si no fuera por plata). Por su parte, intelectual, como se sabe, viene de intelecto, que es de dónde salen los resultados de las sumas y las cosas profundas que uno piensa a veces. Entonces, para Marx, jugar con Ias palabras sería como una especie vandalismo deI pensamiento, una actividad del todo dañina e improductiva. Imagino que a Ia gente seria y más bien fome Ies enoja que eI sentido de Ias palabras se aIeje de Io IiteraI, que se albergue en frases de doble fondo y sirva para hacer Ios divertidos malabares a Ios que nos tiene acostumbrados Ia Josefina. Les debe parecer una pura pérdida de tiempo, una confusión gratuita y ociosa. Yo creo en cambio que estas cosas desfragmentan la conciencia, que contribuyen a crear un sentido común alternativo, que abren espacios de comprensión nuevos y qué weá.
P.D.: No vayan a creer que soy facho por insinuar que Marx era fome, en verdad lo admiro mucho y he leído muchas veces el Manifiesto Comunista.