Me topé con la obra Combat de Lee Krasner en internet hace unos días, no sé bien cómo. Creí que era algo actual, y me sorprendí al encontrar que databa de 1965. La combinación de colores que tiene es vívida y hermosa, como si de hecho se pelearan entre sí por un lugar, resultando en un equilibrio casi perfecto, lleno de movimiento.
Como buena millenial, comencé mis averiguaciones virtuales sobre Krasner, y, ah, resultó que era la esposa de Jackson Pollock. Conforme mi investigación avanzaba, me empezaron a surgir dudas con respecto a ciertas afirmaciones vagas que encontraba, como por ejemplo:
¨Lee Krasner se hizo expresionista abstracta después de conocer a Pollock¨
No solo lo era antes de conocerlo, sino que formó parte de la primera generación de expresionistas abstractos. Como sucedía en la época, no se estilaba mucho realmente destacar el trabajo de las mujeres artistas. Krasner estuvo en pareja 10 años con Igor Pantuhoff, a quien conoció en la escuela de arte. Leí por ahí que más de una compañera se indignaba de que Krasner siempre se agarrara a los artistas más lindos, sin ser necesariamente la más convencionalmente atractiva. Ella ya estaba metida en el mundillo del arte de Nueva York antes de conocer a Pollock, y de hecho, era muy atenta a la gente y corrientes que surgían, dada su llamativa personalidad. A tal punto que la primera vez que escuchó su nombre y que estaba haciendo expresionismo abstracto y no lo conocía, hizo averiguaciones y se presentó en su estudio sin aviso. Así comenzaron su relación.
No fue hasta 1981 cuando Gail Levin (futura escritora de su biografía) decidiera hacer su curaduría definitiva Abstract Expressionism: The Formative Years que murió este mito. Tuvo que incluir bocetos hechos por Krasner en sus tiempos como alumna de Hans Hofmann. Bocetos que ni siquiera le gustaban a Krasner. Todo para probar su punto.
No quiero decir con esto que Pollock no la haya influido, por supuesto que así fue, y fue mutuo. Krasner habla de esta transición con mucha claridad; que si pensamos en el concepto de espacio del Renacimiento, donde la perspectiva viene del artista que ve; y el cubismo igual, si bien se empieza a soltar la profundidad, con Pollock todo esto cambia. A este proceso personal lo llamó oscilaciones del péndulo.
Si su maestro, Hofmann, planteaba que “La naturaleza esta ahí fuera y uno la observa”, Pollock diría que él ES la Naturaleza. Entonces, Krasner entró en crisis y pasó tres años haciendo masas grises solidas. Logró salir de ahí en 1955 con su conocida serie Little Images comenzada en el 46, cercana al puntillismo, con guiños a los jeroglíficos, la escritura y su casa en el campo. En los años siguientes crea, a mi gusto, sus más hermosas obras: el collage Bald Eagle; Three in Two (que se aprecia una especie de triángulo amoroso entre ella y Ruth Kligman, la amante de Pollock); Right Bird Left Bird (era disléxica y se le confundía la izquierda y la derecha); y el lleno de color pero nacido desde la angustia Listen. Éste último lo hizo al año de la muerte de Pollock, entre lágrimas, sin poder ver casi lo que pintaba.
Otro momento de intensidad emocional vivido por Lee fue, sin duda, su primer Collage Show de 1955. Nació de un ataque de ira en su estudio. Vio sus obras colgadas, no le gustaron nada y rompió todo de piso a techo. Volvió dos semanas después, y al ver los pedazos, le comenzaron a interesar. De ahí surgieron City Verticals y Bald Eagle, entre otros.
Krasner consideraba al proceso creativo como algo fuera de su control. En una entrevista en la que le preguntan por su cambiante estilo (del color al no color, del collage al puntillismo), respondió que para ella el color era algo muy misterioso, que puede usar algunos colores, y otros no, sin ninguna explicación. Dejo que las cosas tomen su curso en vez de forzarlas. Es parte de la emoción de crear.
Además de pintar, Lee fue también fue pieza central de la obra de otros. Su amiga Eda Mirsky Mann la encontraba tan interesante que hizo una serie de retratos de Lee. Dos de ellos se encuentran hoy en el MET. Y eso que un día Krasner la metió en problemas, llevándola al sótano de la escuela donde conservaban pescados para pintar naturaleza muerta. El problema era que estaba prohibido para las mujeres bajar ahí. No sé si por la posibilidad de que se dieran amoríos o el olor a pescado muerto. Pero las dos fueron suspendidas. Krasner dijo que le hacía acordar a la sinagoga, donde separaban a las mujeres de los hombres y no le gustaba nada. Otra muestra de su no convencional actitud.
Así las cosas, Lee Krasner fue una grandísima artista que merece ser estudiada. Me alegro habérmela encontrado en internet. Y quisiera sumar a mi lista de afirmaciones vagas que, Pollock, de hecho, no hubiera sido nada sin ella.